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Rafa, propietario del estanco BARCELONA-333, nos hace llegar esta carta abierta. Lectura casi, casi, obligatoria:


Pandemia mundial. Son tiempos difíciles para tod@s. 

No para buenas palabras y postureo. Es tiempo de acción y dar la cara, ser valiente y no tener miedo. Al menos de cara hacia fuera. Tiempo de ser responsable, de no arrugarse y cumplir el rol que tenemos como concesionario del Estado. No es tiempo para cerrar o reducir la jornada. Es tiempo para asumir que este año es posible que no hagamos vacaciones.

Me siento orgulloso de gestionar un estanco. Un privilegiado por pertenecer a la red comercial del Estado. Y no nos confundamos, no hablo de política. Soy apolítico. Me siento bien haciendo lo que hago y soy feliz ayudando a los demás. Tampoco soy religioso. Y eso que estudié en un colegio privado de curas. Quizás sea por eso.

Ahora me doy cuenta que no me equivoqué invirtiendo comprando el estanco. Es un negocio seguro y refugio. Varios amigos me dicen que fui un visionario dejando todo lo que hacía, un mundo mucho más cómodo y glamuroso, y apostar por este sector, muy diferente a lo que hacía... A pesar de tener publicidad negativa en el mismo producto la gente sigue comprándolo y pagando al contado. No puedes esperar con estas condiciones que el margen sea alto, así que tendrás que mover, como una hormiguita, montañas de tabaco. Recuerda que también es su negocio y en definitiva el negocio de tod@s.

En este estado de alarma, se nos ha considerado un servicio esencial a la altura de alimentación y medicamento, ya que no nos han obligado a cerrar. Y es que somos esenciales por dos motivos: porque el fumador tiene que fumar. Controlar su estrés y ansiedad. Imagínate si el fumador no pudiera consumir tabaco. Se dice que al pueblo en tiempos de crisis es mejor tenerlo "relajado" . Y en segundo lugar porque el Estado tiene que seguir recaudando impuestos. Somos recaudadores a pie de calle y para eso tenemos que asumir un riesgo. Pero eso también nos confiere un papel necesario e imprescindible.

Es tiempo de ser valientes y estar en la primera línea de batalla, atrincherados, pero dando la cara, no hay que llorar y salir corriendo, hay que ponerse unos guantes y una mascarilla. Eso es lo único.

Es tiempo de tomar decisiones rápidas y protegernos. Soluciones efectivas, funcionales, económicas y rápidas de ejecutar como invertir en pantallas de metacrilato en los mostradores. Es tiempo de ser disciplinado para no caer enfermo y no tener que cerrar el negocio. Sed rigurosos con el protocolo de seguridad e higiene. La disciplina y la constancia son valores, junto al esfuerzo, que dan resultados con el tiempo; guantes, mascarillas, limpieza de manos.

Es tiempo de sonreír, que no reír, de aquellos que nos atacaban por vender un producto que en su cajetilla lleva inscrito fumar mata y parecer ser el responsable de todos los males. Ahora llego a la conclusión que no es necesario defenderse constantemente de estas acusaciones. Es momento de estar cerca de tus clientes y vecinos. Tiempo para animarlos. De que te sientan cerca, que les preguntes: ¿qué tal? ¿cómo lo estáis llevando?

La gente se emociona con la situación. Son emociones de miedo en muchos de los casos. Parece que la gente se ha hecho sensible de repente, más cívica. Aunque todavía queda algún inconsciente. La gente se organiza formando una cola en la calle dejando un espacio entre ellos y entran de uno en uno, sin que nosotros les hayamos dado ninguna orden.

Esta mañana he colgado un cartel en el escaparate para dar ánimos. La gente se paraba, hacía una foto, me devolvía el gesto con un pulgar arriba. Es momento de estar cerca de la gente y que te sientan cerca. es tiempo de sacar provecho y de mejorar la imagen de los estancos, aunque sea subliminalmente, que vean que somos un servicio público útil.

No es tiempo para expender sólo tabaco, eso lo hace una máquina. Es tiempo para ampliar la venta de otros productos. La gente entra preguntando por cosas que nunca imaginarías. Juegos de mesa, tinta de impresora,... porque el resto de comercios están cerrados. Hay que reaccionar rápido e intentar conseguir todo aquello que tus clientes necesiten y que puedas vender en un estanco. Es tiempo de ser útil además de ser rentable.

De esta crisis vamos a salir perdiendo todos, pero podemos asumirlo con tal de ganar la batalla al coronavirus.


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